sábado, 30 de marzo de 2013

Prosa 7


Un suspiro de tristeza llega desde el lejano oriente… Aquel joven encarcelado anhela sus besos que ya no siente… Ella llora, sabiendo que no existe solución, muchos kilómetros los separan, y  muy pocas las posibilidades son de volver a sentir su amor… Ella siente una brisa, abrasadora y gélida al mismo tiempo… Recuerda su cuerpo, sus abrasadores besos. Aquella lengua inquieta, sus manos, su pelo… Su forma de mirar, de permanecer sentado, su forma de tocar, de sentirlo a su lado, su forma de hablar y de permanecer callado… Tan distante tan calmado, él espera que algún día ella vuelva a sus brazos, mientras siente indiferente dolorosos puñetazos… “Libertad” decía él, ella decía “dejadlo”. Mientras el amor se consume, solo queda un triste lazo que une a los enamorados, aquel suspiro de amor, que nació en lejano oriente, brisa abrasadora y gélida que la bella dama siente…

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