Mirar
al cielo, sentirte cerca. Cerrar los ojos y ver que te has ido. Sentirme sola
entre el bullicio de la gente, sentirme sola y tú no estás conmigo… Cerrar
fuertemente los puños entre tus manos de aire y, en un suspiro, abrir los ojos,
ver nubes en el cielo… Jamás quise huir del fantasma de la melancolía y
encerrarme en esta lluvia que me resbala sobre las mejillas, los labios… que un
día fueron tuyos. Y tu alma voló con alas de fuego que quemaban mi alma unida a
tu cuerpo… y sentí tu ausencia mientras la multitud parece tocarte. Yo,
apartándome de tu cuerpo, sentí como tu alma escapaba e intenté atraparla en
mí. Y hoy, sumida en la desesperación, me ahogo en el silencio de un llanto
eterno, preguntándome si sigues en mí… y cada noche creo abrazarte y despierto
con mis brazos abrazando la almohada, pero te siento… Y la lluvia rompe el
silencio que dejaste…
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