viernes, 17 de octubre de 2014

El amor en los tiempos del Ébola

El amor. Qué curioso.

"Hablemos de amor", dí esto en medio de una fiesta o de un grupo de amigos tomando unas cervezas y te tomarán por loco. Y es que el amor está a la orden del día. ¿Quién ha ido andado por la calle y no ha visto nunca una pintada con "te amo" o "te quiero mi niña, juntos para siempre".
Y es que el amor cada día se compra más barato.

Qué habitual se ha vuelto decir te quiero. Tan habitual que ya escuchamos esta expresión de cualquier persona, aunque nos estén clavando por detrás una daga ahí está ese "pero que yo sabes que te quiero mucho". Qué barato.

Recuerdo mi primer te quiero, la tensión y los nervios. Ese te quiero no era como estos que escucho yo todos los días, era un te quiero que se estuvo elaborando durante meses y horneando durante días hasta que por fin cuando tenía claro que era un te quiero (un sentimiento firme y claro, que no podía cambiar y que a veces era capaz de controlar mi manera de actuar) no tuvo más remedio que salir de mí, disparado, derecho a estrellarse contra una pared y caer al suelo. Y lo cogí, y me lo comí, como todas esas miradas, esas risas y esos gestos de complicidad.

Pero era mi te quiero. Y no por eso dejé de sentirlo.

También recuerdo mi otro primer te quiero. Ese que me dispararon entre una sonrisa y un suspiro, ese, mientras me agarraban de la mano y no tenían otra intención que escuchar un eco de sus palabras.

Y hoy, no sé por qué, después de pasar por tantos te quieros y tantas historias, (algunos te quieros de papel y otros forjados con el más duro hierro) me quedo mirando al amor y no  termino de explicarme muchas cosas.

¿Qué es el amor?

Y pensaréis, joder qué chorrada de pregunta.

Pero aún después de darle muchas vueltas me resulta difícil definirlo en una frase.

Según la RAE: 
"Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser."

De su propia insuficiencia...

Bueno. No voy a opinar sobre la definición de la RAE, pero si voy a dar mi propia definición.

Para mí el amor es algo que se transforma.
Es esa pastilla efervescente que se te pone en la garganta cuando te acercas a esa persona, las manos se vuelven hielo y las piernas que no saben si avanzar o dar la vuelta y salir corriendo.
Esas miradas que en las que caben historias de miles de páginas que suceden en 10 míseros segundos en tu cabeza.
Esos suspiros que se escapan entre los dientes.
Las excusas de una sonrisa, o de un llanto.
Una caricia que te sube al cielo y te hace sentir que nada más existe, que nada más importa.
Esos besos que te desnudan el alma y te cierran los ojos.
Esos abrazos que dicen "tranquilo, no estás solo" y que hacen que lo sientas de verdad.
Esa mano que se tiende cuando no te quedan fuerzas ni para replantearte levantarte.
Esos empujones que sientes cuando crees que ya no puedes avanzar más, y ves en la meta animándote a la misma persona que los da (¿Cómo es posible? No es posible, es amor.)
Esas conversaciones en las que no nos cansamos de escuchar, o de compartir.
Una tarde en el campo.
La complicidad entre dos seres de diferente especie.
Cerrar los ojos y pensar en esa persona que ya no está, pero que siempre estará.
Mirarte al espejo y sentirte guapo. Sentirte libre.

Y es por eso que me da mucha rabia ver día a día como desperdiciamos ese amor tan valioso. No nos queda mucho tiempo amigos. Vivimos en una cuenta atrás y no estamos para desperdiciar ni un solo segundo, salvo que sea para elaborar y hornear un suculento te quiero, de esos que dejan la huella del amor de verdad.

Infidelidades, egoísmos, peleas familiares, actitudes machistas, competitividad, sobrevaloración de los bienes materiales...BASTA.

Buscar ese te quiero puro, cerrar los ojos y pensar...


"Las personas fueron creadas para ser amadas y las cosas para ser usadas.La razón por la cual el mundo está en caos, es porque las cosas están siendo amadas y las personas usadas".


Y recordad que el primer te quiero de una cadena de te quieros puros es aquel que nos decimos a nosotros mismos.