Las palabras que salen de tus labios son suspiros de aire ardiente que, al rozar con mis oídos, me queman en un goce eterno que apenas dura un instante… y con sólo mirar tus ojos, pozos de fantasía eterna, caigo en un abismo de sensaciones inexplicables que apenas caben en esa mirada tuya… y me pierdo en tu mirada, mientras la suave brisa de tu voz mece mi pelo y me duermo, soñando con tu sonrisa, sabiendo que no estás, teniéndote tan cerca…
…y mirándote, ensimismada me quedo en la inmensidad de tu cuerpo, entrelazando mis manos con las tuyas, sintiendo tu aliento, suspiro del alma, en mi cuello… y siento que eres mío, y de nadie más… mío… entre mis manos perdidas en el manantial de tu piel, del cual mi boca calma su sed, y me pregunto… ¿Por qué?
¿Por qué fuera de mis sueños jamás te podré tener?
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