viernes, 14 de junio de 2013

Andén

Viernes por la tarde y como siempre era hora de marcharme. No tenía muchas ganas pero era lo que tocaba...
Había poca gente en la estación, y eso me gustaba. Como siempre, llegaba más de media hora antes y decidí sentarme en la sombra, a escuchar música y pensar en mis cosas... Y entonces la vi. Era la chica más sencilla y maravillosa que había visto. Nuestras miradas se cruzaron y no tardé mucho en retirar la mía por vergüenza... ¿Cómo podría ser tan mona?

Era morena, ojos marrones y no iba nada maquillada. Vestía con unos vaqueros y una camiseta sencilla y tenía una mirada que me hacía suspirar como si me acabase de enamorar profundamente. Podrían haberse puesto mil chicas vestidas de gala y ultramaquilladas a su lado y ninguna podría haberle hecho sombra...

Subí al tren con la tremenda casualidad que fue a subir a mi vagón. Me senté en un asiento cualquiera pues el vagón iba prácticamente vacío. Para mi sorpresa la chica se puso a subir la maleta encima de donde estaba yo sentada, lo cual me dio paso para ofrecerme a ayudarla.No olvidaré nunca la dulzura con la que dijo "gracias" y esa sonrisilla traviesa.
Me quedé helada cuando vi que se sentaba a mi lado estando el vagón casi vacío. Yo que iba escuchando música me quité un casco pensando que, quizás, podría tener la suerte de que me hablase...
Tres paradas más tarde desistí y me puse los dos cascos. Pero apenas 5 minutos más tarde me rozó con su mano, me miró y guiñó un ojo. Sonreí como si fuese una niña pequeña, torcí la cara hacia la ventana y miré su reflejo que me estaba sonriendo. Yo tenía mi mochila encima de las piernas y ella deslizó su mano por debajo para comenzar a acariciarme los muslos por encima del pantalón...
No me creía lo que estaba pasando, pero estaba muy caliente. Las caricias cada vez eran más intensas y ya no solo estaba acariciando mis muslos. Estuve a punto de soltar un suspiro, pero me controlé. Entonces se acercó ronzando con su naricita mi oreja y acariciando mi cuello con su lengua. Agarró el cable de los cascos con los dientes y me lo quitó con la boca, para acercarse a mi oreja y susurrarme "voy al baño, si te vienes a terminar esto..."
No pude resistirme. Un minuto después estaba con sus piernas en mis hombros y suspiraba entre dientes mientras me agarraba del pelo como si fuese un caballo.
"No pares... No pares" Suspiraba mientras se retorcía de placer...
Sentí como se corría en mi boca... Iba a secarme cuando me agarró del cuello y comenzó a besarme. Me besaba por todo el cuello y daba pequeños mordisquitos mientra me masturbaba... Le agarré el culo y empecé a mordele los pezones mientras hacía todo lo posible por aguantar un poco más sin correrme... Pero llegó un momento en el que no pude más... Justo en el momento en el que el tren anunciaba mi parada.

Me bajé del tren como si nada hubiese ocurrido, pero aquel orgasmo fue la mejor parada en la que me he bajado nunca.

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