Como cuando escuchas tu música preferida a todo volumen o lees un buen libro: a salvo, así me siento contigo. A salvo del mundo. De este mundo tan cruel que nos hace danzar a su placer sin pedirnos permiso, y menos aún opinión. Porque contigo todo es más fácil. Te adentras en mi tormenta sin miedo a mojarte, me das paz. Destruyes batallas con besos, me miras como un niño mira la noria cuando la ve por primera vez, queriendo no bajar del vagón.
A ti, tengo tantas tantas cosas que agradecerte... Las mañanas de besos y las noches de abrazos. El chocolate cubriendo mis nervios y llantos. Todas y cada una de las sonrisas, las tuyas y las mías.
A ti, que me curas sin tocarme y que cuando me tocas... qué locura.
Ay, gracias a la luna que nos presentó... y gracias a la lluvia que hizo que te quedaras. De verdad, gracias.
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