domingo, 7 de julio de 2013

Inmortalizando momentos

Eran ya las 6 de la mañana y yo aún no tenía ganas de irme... Pero ante tus insistencias tuve que despedirme de todos y salir del bar. Iba rezagada y arrastrando los pies... Me sabía mal irme tan pronto solo porque no te quedabas tranquilo si no me acompañabas...

"Va, alegra esa cara, si sabes que lo mejor de la noche es la despedida..."

Dijiste. Pero no, esa noche nos íbamos a quedar sin polvo de despedida, estaba mi casa llena de gente que había venido por la feria...
Me agarraste por la cintura mientras me dabas besitos en la cabeza, tornando más lento el paso y empujándome para cruzar la calle.
Vi como mirabas fijamente algo y decías

"¿Qué te parece? ¿Nos llevamos un recuerdo de esta noche?"

Y vi el fotomatón. No pude evitar soltar una carcajada mientras te lancé una mirada incrédula. Pero ya me estabas empujando y en menos que canta un gallo ya estábamos los dos metidos dentro.
Te sentaste en el pequeño taburete y me indicaste que me sentase encima de ti.
Me puse coqueta, sonriendo y arreglándome el pelo, mientras tú corrias la cortina y me agarrabas por la cintura.

"Ay, estate quieto, que vamos a salir movidos..."

Pero antes de que terminara la frase ya estabas acariciando mis muslos y dándome besos en el cuello. No tardé en notar tu erección, y tus manos no tardaron en subirme lentamente el vestido. Sentí como buscabas mi entrepierna con una mano mientras estrujabas mis pechos con la otra... Tu aliento acompañaba a tus dientes en mi oreja...

"Levanta un poco el culete anda"

Y al levantarme me subiste el vestido y agarraste el culo con las dos manos para abrírmelo bien. Lo estuviste masajeando un rato hasta que decidiste bajarme la cremallera del vestido y dejar que se cayera al suelo.
Entonces me empujaste contra el cristal, chafando todas mis tetas contra él y agarrando bien mis nalgas  para acariciarme entre ellas con algo que ya conocía muy bien...

"¿La quieres dentro?"

No te hizo falta mucha señal para hacer que mis tetas empezaran a rebotar contra ese cristal mientras suspiraba con la cara pegando a una de las estrechas paredes de ese fotomatón.

"Azótame..."

Y así, con una mano me azotabas y con la otra me agarrabas las tetas, pellizcandome los pezones mientras me lamías la espalda intentando hacer el mínimo ruido posible...
Paraste, y te sentaste en aquel taburete, para dejarme que ahora fuese yo la que tomara las riendas. Me abrí de piernas encima de ti y me senté delicadamente para empezar a trotar cada vez más rápido...
Mis tetas te rebotaban en la cara y tú no sabías donde poner las manos...

"Tus manos, ahí."

Dije mientras te coloqué las manos en mis nalgas y las apreté y separé. Seguí cabalgando mientras te mordía el cuello.

"Ponme las tetas en la cara..."

Y no me hice de rogar, aumentando el ritmo hasta que ya no aguantaste más y me levanté muy rápido para que pudiseses derramar tu semen encima de mí...

Salimos sudando de aquel fotomatón mirando para todos sitios para ver que nadie nos había visto...
Pero lo único que encontramos fue silencio. Me diste un  beso y  te volviste para coger las fotos tan peculiares que nos habíamos hecho, pero para nuestra sorpresa habían desaparecido todas...

Y así la noche quedó inmortalizada, ya no en las manos de un desconocido, sino en nuestros cuerpos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario