miércoles, 4 de diciembre de 2013

27

No han pasado ni 2 horas desde que se fue y ya estoy deseando volverla a ver, encontrármela en cualquier sitio y abrazarla para no dejarla ir nunca más...

2013, un año duro, difícil... Un año que ha venido cargado de experiencias...

Me paro a pensar en cómo han cambiado tanto las cosas en este último año, hasta llegar al punto de que si retrocedo 365 días en el tiempo y le cuento a mi “yo” pasado mi situación actual no se la creería…

Momentos inolvidables, momentos olvidados y momentos que por mucho que nos esforcemos nunca podremos olvidar. Personas que han entrado en nuestras vidas y personas que se han ido para siempre.

Recuerdo la primera vez que la vi, no fue este año, ni el pasado, sino hace muchos ya… Dos niños malos que jugaban en el parque sin más preocupaciones. Pero este año cuando volví a verla no la veía igual, o mejor dicho, ya no la miraba con los mismos ojos.
No me reconoció cuando me senté a su lado aquella tarde en la que comenzamos ese estúpido curso de jardinería, tan estúpido que consiguió que tarde tras tarde me fuese llenando de algo que tiene que ser parecido a eso que llaman “amor”.

Y durante 3 semanas, todas las tardes, mi única preocupación era verla sonreír, conseguir rozar levemente sus manos tan suaves que parecían hechas de terciopelo.

Y su aroma… ni el más delicado de los perfumes es comparable a aquel aroma…

Recuerdo como pasó abril, recorría las calles “buscando trabajo” pero mis mayores esperanzas estaban puestas en cruzarme con ella en la siguiente tienda, o al volver la esquina… y así pasó abril.

Después vino mayo, junio, julio… y cada día me autoconvencía de que sería mucho más fácil encontrar trabajo que encontrarla a ella.

Pero agosto…bendito agosto. Recuerdo hasta la melodía que tenía puesta en el teléfono en aquel momento, recuerdo la delicadeza de aquellas palabras… Recuerdo cada uno de los pasos que di hasta llegar a aquel chalet donde me esperaba la mujer más hermosa del mundo.

Y  de nuevo las sonrisas, el aroma, las suaves manos… La belleza y la sensualidad de aquella mujer la hacían a cada instante más irresistible.

¿Y si ella había pasado todos esos meses pensando en mí? ¿Me habría buscado, hasta encontrar mi número por casualidad olvidado en cualquier agenda?

Pero no hizo falta hacer ninguna pregunta, el roce de sus labios con los míos resolvió todas mis dudas, sus manos que tiraban de mi camisa dirigiéndome hacia su cama me indicaban que la búsqueda había terminado.

Soltó su pelo, salvaje, mientras desabrochaba los botones de mi camisa suavemente, sentándose con las piernas abiertas sobre las mías. Comenzó a besarme el cuello mientras con las uñas me rascaba el pecho, como si de un gatito se tratase, un gatito juguetón cuyos besos y mordiscos me hacían estremecer.
Y poco a poco, sentí como su pelo acariciaba mi pecho, mi barriga… hasta llegar a mis muslos donde poquito a poco con los dientes me bajó los calzoncillos para empezar a juguetear con su lengua mientras yo le acariciaba el pelo intentando no suspirar demasiado fuerte.

-Sube aquí y déjame probar un poco más esos labios…

Allí estaba, cabalgando encima de mí suavemente mientras la besaba y acariciaba sus pechos, su espalda. Sentía que no aguantaba más y me aparté sentándola con la espalda apoyada en el respaldo de la cama, abriendo suavemente sus piernas y oliendo su aroma más fuerte que nunca…
Cada uno de sus suspiros era música para mis oídos. Sentía como se contraían sus muslos, sus manos agarraban fuertemente mi espalda… Y entonces que sentí como se retorcía de placer gimiendo cada vez más y más fuerte hasta cortársele la respiración…

Salí de aquella casa con la sensación de estar desnudo. Me sentía indefenso frente aquella mujer que con solo sonreír podía obtener todo lo que quisiera de mí.

Y llegó septiembre, octubre, noviembre… y recuerdo todas y cada una de las veces que le hice el amor. Desde la primera caricia de aquel caluroso día de agosto hasta la última que me ha dado hace escasas horas…

Quedan 27  días para que termine este año, 27 días en los que no dudaré en abrazarla, en besarla y hacerle el amor como si fuese la primera vez…


“…27 oportunidades para hacer de este año inolvidable…”

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